Por Maresia Nefer, coach astral cuántica
La reciente elección del nuevo Papa bajo la Luna llena en Escorpio no es un mero evento religioso o político: es una proyección simbólica de lo que la humanidad está atravesando. Desde una perspectiva astrológica, espiritual y humana, Maresía Nefer nos invita a leer este acontecimiento como una poderosa metáfora de los tiempos que corren, donde el verdadero liderazgo empieza por el autoconocimiento y el ejercicio consciente del poder personal.
Una elección cargada de símbolos y arquetipos
Maresía comienza señalando que no se trata de un análisis político, sino de una lectura simbólica. La figura del Papa representa lo que el colectivo está necesitando: un líder que encarne una batalla entre razón y fe, entre lo viejo y lo nuevo, entre lo visible y lo oculto. Bajo una Luna llena en Escorpio, signo del poder, la transformación y la verdad cruda, se elige a un Papa virginiano, erudito, matemático, que se presenta como guerrero de la paz.
Este líder aparece en escena con una estola magenta, símbolo de la sangre de los mártires, como Hércules con la piel del león. Se viste no para ostentar, sino para mostrar desde dónde ejercerá su poder: desde la convicción, la administración, y la batalla interna.
Del poder impuesto al poder integrado
La elección de este Papa no habla solo de él, sino de nosotros. ¿Qué espera la humanidad de un líder? ¿Qué proyectamos en las figuras de poder? ¿Seguimos necesitando un salvador o estamos listos para asumir nuestra propia soberanía?
Maresía advierte: “El poder no se ejerce sobre otros. El poder es tu control sobre vos mismo”. En una sociedad que romantiza el soltar, ella propone otra mirada: soltar lo externo, sí; pero no el timón de tu propia vida. Esta luna llena invita a recuperar ese timón, a redefinir el control, a asumir que el verdadero poder no se delega, se construye.
El símbolo en lo cotidiano
El nuevo Papa es norteamericano pero con segunda nacionalidad peruana. Habla español, nombra a Francisco, recuerda a León XIII y elige un nombre que evoca fuego y combate espiritual. Todo en él habla de puente, de cruce, de síntesis. De migraciones, de globalidad, de arquetipos que trascienden las fronteras.
Incluso sus lágrimas en el balcón son símbolo de un nuevo liderazgo que no teme mostrar emoción. No es debilidad, es humanidad. Lo simbólico se vuelve concreto: este líder no necesita gritar su poder, lo transmite con su sola presencia.
La astrología como herramienta, no como predicción
Maresía refuerza que la astrología no es predicción barata. Es una herramienta de autoconocimiento. La carta de este Papa, aún sin su hora exacta de nacimiento, muestra indicadores potentes: erudición, liderazgo, claridad, servicio. ¿Va a ser un buen Papa? No es la pregunta. La pregunta es: ¿qué representa su elección? ¿Qué está diciendo el inconsciente colectivo?
Una guerra interna: claridad, límites y coherencia
Plutón en Acuario y la Luna llena en Escorpio marcan una época de luchas internas. El poder que hoy se requiere no es de dominio, sino de coherencia. Saber decir que no. Saber quién sos. No entrar en luchas banales. No responder a la exigencia ajena si eso implica traicionarte.
Así como el Papa elige qué ponerse, qué nombre llevar, qué mensaje dar, cada uno de nosotros está invitado a elegir con conciencia. Porque si no lo hacés vos, lo hará el afuera por vos.
Final: el liderazgo del alma
Este nuevo Papa es símbolo, no solución. Es reflejo de una humanidad que está madurando, que aún necesita espejos, pero que poco a poco empieza a despertar. Es la representación de un liderazgo que emerge cuando uno se vuelve fiel a sí mismo.
Como dice Maresía: “El poder no te lo tiene que dar nadie. Primero lo tenés. Segundo, lo tenés que despertar”.
¿Y vos, estás listo para liderarte?
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