Por Maresia Nefer, coach astral cuántica

El 8 de mayo de 2025 se eligió un nuevo Papa. Un hecho que, más allá del componente político o religioso, está cargado de señales, símbolos y una resonancia profunda con el inconsciente colectivo de la humanidad. En esta nota, comparto una lectura astrológica y metafísica de este momento histórico, invitando a observar más allá de lo evidente y a conectar con lo que realmente representa.

 

No es una cuestión de fe, sino de conciencia

Desde el inicio, Maresía deja claro que esta mirada no pretende convencer ni debatir sobre la fe. El propósito no es religioso ni político, sino simbólico. Como astróloga, matemática y ocultista, observa los eventos como señales de algo mayor que se manifiesta a través de lo colectivo. Y si bien reconoce las críticas, también invita a quien no esté dispuesto a ver desde otra perspectiva a retirarse. La libertad también es eso: saber qué batallas elegir.

 

Las señales visibles: aves, emociones y símbolos de poder

Uno de los momentos más simbólicos fue la aparición de una familia de gaviotas justo antes de la fumata blanca. Para muchos escépticos puede ser una coincidencia; para quienes leen símbolos, fue una señal clara de ternura, alimento y guía. Aves que alimentan a sus crías justo cuando el mundo observa, esperando el anuncio de un nuevo líder espiritual.

Luego, la imagen de un hombre (el nuevo Papa) llorando desde el balcón del Vaticano. Una nueva masculinidad que se permite la emoción. Una señal poderosa de los tiempos que corren. Su investidura también fue significativa: lejos de la pureza blanca con la que salió Francisco, este nuevo líder eligió colores asociados a la sangre de los mártires y a la historia profunda de la Iglesia. La estola magenta, símbolo del poder, del sacrificio y del linaje.

 

León 14: el guerrero de la paz

El nombre elegido, León XIV, no es casual. Sigue el linaje de León XIII, quien promovió la doctrina social de la Iglesia. Es un nombre con fuerza, con historia y con un mensaje claro: se trata de un guerrero, pero no de uno belicista, sino de un guerrero de la paz. En su discurso, repitió cuatro veces la palabra “paz” y eligió hablar en español, a pesar de haber nacido en Chicago.

Este gesto es mucho más que una elección de idioma: es una afirmación de identidad, un puente entre Norteamérica y Latinoamérica. Vivió en Perú, fue nombrado por Francisco y encarna una conexión directa con el sur del mundo. Es un símbolo de integración, no de separación.

 

Una carta astral cargada de signos de poder

Aunque no se conoce con certeza su hora de nacimiento, la carta solar del nuevo Papa muestra alineaciones significativas. Tiene a Júpiter, Urano y Plutón en Leo: poder, liderazgo, visibilidad. Júpiter en Leo, en particular, sugiere alguien que busca inspirar orgullo, despertar nobleza y expandir la conciencia desde un lugar solar.

Mercurio y Neptuno en Libra aportan amabilidad, capacidad de consenso, pero también firmeza en las ideas. “Te sonrío, pero te digo lo que va a pasar”, sintetiza Maresía. Marte y Venus en Virgo suman precisión, claridad y una profunda necesidad de orden.

Y si la Luna se encontrara efectivamente en Virgo, como algunos astrólogos sugieren, estaríamos ante una figura guiada por la pureza, la humildad y una devoción a lo esencial. Todo esto bajo la luna llena en Escorpio, signo del poder interno, la transformación y el dominio sobre uno mismo.

 

Un año sagrado, un Papa puente

No es menor que la elección se haya dado en el día de la Virgen de Luján, una patrona profundamente ligada a los milagros, a lo que se queda, a lo que quiere estar. El nuevo Papa parece venir con ese mismo mensaje: permanecer, sostener y traer claridad.

Estamos en un año de jubileo, de Neptuno en Aries, Urano por entrar en Géminis y Plutón instalado en Acuario. Es el año del despertar de la conciencia, del corte con las viejas estructuras y del nacimiento de una nueva humanidad. Este Papa, más allá de lo que haga o no haga, representa ese llamado.

 

El poder que nace de dentro

Más allá del simbolismo y de lo astrológico, Maresía enfatiza un mensaje esencial: el verdadero poder es interno. No viene de las estructuras, ni de los títulos, ni de lo que otros digan. El poder nace cuando una persona se es fiel a sí misma. Cuando elige desde la coherencia, no desde la imposición externa.

Por eso esta luna llena en Escorpio, este nuevo Papa y este momento global, nos invitan a mirar hacia adentro, a dejar de esperar salvadores y a empezar a construir nuestra propia transformación.

 

Cierre: una invitación a ver las señales

No hace falta ser creyente ni estar de acuerdo con todo. Basta con estar abierto. Las señales están ahí para quien quiera verlas. El nuevo Papa, con su nombre, su lenguaje, su carta y su emoción, viene a recordarnos que el liderazgo también puede ser sensible, que la fe puede convivir con la lógica y que el verdadero cambio empieza por uno mismo.

¿Vos estás listo para ejercer tu propio poder?